Amo esa maldita ironía de tu ropa
Y esa sonrisa promiscua que no es mía
Que ni siquiera es tuya
Amo lo profano de tus labios
Que ya ni sabes que saben a ti
Que tal vez ya no saben a nada
Amo lo que no te roza con perversión
Aunque todo desgaste tu piel
Y yo crea lo contrario
Amo la vaciedad de tus ojos
La ausencia de alma en tus pupilas
Pues en ellas me reflejo
Amo tu tiempo muerto
Tus horas ya finitas
Pues es en ellas que yo vivo
Amo mi propio yo…
…porque, aunque vivo…
… hace tiempo que no estoy…
Y esa sonrisa promiscua que no es mía
Que ni siquiera es tuya
Amo lo profano de tus labios
Que ya ni sabes que saben a ti
Que tal vez ya no saben a nada
Amo lo que no te roza con perversión
Aunque todo desgaste tu piel
Y yo crea lo contrario
Amo la vaciedad de tus ojos
La ausencia de alma en tus pupilas
Pues en ellas me reflejo
Amo tu tiempo muerto
Tus horas ya finitas
Pues es en ellas que yo vivo
Amo mi propio yo…
…porque, aunque vivo…
… hace tiempo que no estoy…
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Anthony D. Madrid-Dupuis
12 de junio de 2010
© 2009 by ADMD
12 de junio de 2010
© 2009 by ADMD
4 comentarios:
Me encantó, esa melodía que se percibe ausente...
El amar de lejos, la ausencia, las miradas pérdidas y el reflejo de nosotros en otros ojos que levitan.
El timepo muerto o tal vez finito, porque ya son horas de olvido.
No desgastes la piel, estrenala cada noche, seduce su mente y será tuyo la voluntad de su cuerpo.
Fuerte y rabioso!¿=¿ me gusta,
saludos y abrazos
Amor maldito, irónico, promiscuo.
Amor profano, perverso… vacío…
Amor muerto, el tuyo
… porque aunque vivo, hace tiempo que no estás…
Y aunque no tan viva, prefiero seguir haciendo mío lo que amo.
Amando mis sonrisas y las tuyas; la profundidad de una mirada cuando al hacerla mía, en fantasías, te descubro.
Amando el tiempo, que vivo, espera latente,
… aunque hace tiempo, tiempo muerto, que no estás.
Buenas noches...
Desde éste lado del monitor, espero con ansias vuelvas a escribir, y sé, son muchos más los que también esperan leer más de tí.
Comprendo lo impredecible de la inspiración, también de la disposición; te pido me disculpes, como quén perdona al adicto en delirium tremens.
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