Hace ya bastante tiempo, le comenté al reflejo de mi espejo, que las voces percutoras en mi cabeza deseaban ser esculpidas en físico, deseaban ser palpables más allá de mí… más allá de lo que toco… …deseaban ser tocadas.

No recuerdo las primeras palabras que quise hacer rimar, pero hurgando entre viejos papeles que había decidido desechar, llevé al cesto la idea y escogí plasmar en binario lo que alguna vez fue papel y tinta.

No se si las voces percutoras estarán complacidas con esta absurda decisión virtual, pero si de algo estoy completamente seguro es de que se dejarán tocar.

Verso en reverso es una vuelta al pasado y un asomo al futuro, es mi presente más etéreo y mi forma más esencial...

...Y la esencia lo es todo…

domingo, 13 de julio de 2008

MAESTRA DE CORAZÓN

A Juanita León




Te recuerdo Juanita,
los años no pasan en vano.
Yo, desmenuzando un recuerdo tuyo.
Tu, develando verdades en otra orilla.
Sobre mi, toneladas de esquirla y metralla.
Sobre ti, otras tantas de tierra, viento y agua.

Te recuerdo Juanita
La plaza, el Bolívar; las guacamayas, la cantina.
Las aulas abiertas, los árboles; los perros, las terecayas.
Los valores, la grandeza; los regaños, los amores.
El himno, su significado; el país, sus razones.
El “Pedro Moreno”, sus tiras; los abrazos, las canciones.

¿Y crees que te has ido Juanita?
¿Quién te dio ese derecho?
Si los indispensables solo son en la tierra,
así Dios los quiera en el cielo

Y luchaste Juanita, lo sé…
Y sufriste, también lo sé…

El destino engullo tu pecho,
lo convirtió en daga,
y te apuñalo despacio.
¡Sin misericordia alguna Juanita!

¡¿Cómo pudiste dejarte vencer?!
Si de eternidad tu alma fue hecha
¡¿Cómo pudiste dejarte?!
¿A dónde se fue mi escuela?
¿A dónde se fue mi era?


Maestra de vocación,
peregrina donde quieras,
puedes irte mil veces
¿Pero cómo del corazón?


Rememoro la afrenta frente a Bolívar
después de mi ingenuo himno.
Rememoro el calor derritiendo mi soberbia.
al ritmo de despertares,
de conciencias vivas.
Al final de la puesta, ya era un hombre,
ya era un destino.


Te recuerdo maestra mía
De valores y osadías
De luchas y conquistas
De grandes seres que moldeaste con tu mano de pintora
De grandes seres que hechizaste con tu magia de mentora

Juanita mía
De historias y añoranzas.
Recuerdo tu fragancia y tu sonrisa
Y a “Pedro Moreno” en aquella arista


¿Por qué te has ido?
Si despedirme no he podido
¿Cómo darte las gracias?
¿Cómo decirte lo tanto que te debo?

Tendré que ser un gran hombre
para estar a la altura de tu suelo.
Tendré que ser un valiente para honrarte
Tendré que estar a la altura de Pedro y de Moreno.
Tendré que ser Bolívar y ser eterno.
Tendré que ser.


Juanita León,
maestra de vocación,
viaja a donde quieras.
Puedes irte mil veces
¿Pero cómo de este corazón?

Anthony D. Madrid-Dupuis



13 de julio de 2008
© 2008 by ADMD

3 comentarios:

Alicia Abatilli dijo...

Todos tenemos una Juanita en nuestro corazón.
También es un placer visitarte.
Un abrazo.
Alicia

dijo...

cuando alguien entra en nuestro corazón... ya no puede irse jamas...
te quiero amigo...

Anónimo dijo...

Anthony:
-El poema me toca hacta los tuétanos, sabes yo tamién tengo en el corazon a Tu maestra por medio de este poema.
Agnieszka M. Rybarczyk Feder