Hace ya bastante tiempo, le comenté al reflejo de mi espejo, que las voces percutoras en mi cabeza deseaban ser esculpidas en físico, deseaban ser palpables más allá de mí… más allá de lo que toco… …deseaban ser tocadas.

No recuerdo las primeras palabras que quise hacer rimar, pero hurgando entre viejos papeles que había decidido desechar, llevé al cesto la idea y escogí plasmar en binario lo que alguna vez fue papel y tinta.

No se si las voces percutoras estarán complacidas con esta absurda decisión virtual, pero si de algo estoy completamente seguro es de que se dejarán tocar.

Verso en reverso es una vuelta al pasado y un asomo al futuro, es mi presente más etéreo y mi forma más esencial...

...Y la esencia lo es todo…

martes, 10 de junio de 2008

LUZ DE SOMBRA (Círculos de tormento II )


Perpetua luz de sombras,
ilimitados límites del pensamiento.
Exquisitos aromas del pasado,
dócil corcel de la carpa

Llegará el instante
diminuto en la historia,
que rompa la hora
de larga espera,
de amarga esencia

Bienvenida la pieza
que jamás compuso el pianista,
ese que escribe las líneas
del final inseguro.

Tambalea en la cuerda
de un instante dudoso,
en la mente de un hombre,
en la manos de un hijo.

Y me aferro al recuerdo
de lo nunca vivido.
Doy vuelta en la esquina
y regreso a ese piso.

Ya no importa si suenan.
Ahora soy ese niño
rebotando en el suelo
los tormentos perdidos.



Anthony D. Madrid-Dupuis

Escrito en algún instante entre 1995 y 1998.
(Reinventado durante varios meses y copas de un 2008)
© 2008 by ADMD

2 comentarios:

dijo...

El recuerdo, lo que ese fué...
tan lejano y tan cerca de nosotros...
un abrazo

Anónimo dijo...

"...exquisitos aromas del pasado..."

¿Destino o casualidad? Eterna interrogante. Me agrada leer letras tan reales y a la vez contradictorias, y más aún, escritas por aquel que lleva el rostro que alguna vez vi, y al que ahora encuentro en este medio tan efímero. Nunca dudé lo polifacético que podrías llegar a ser -sin orden de prioridad-: médico, poeta, padre, esposo, amigo... Y aún recuerdo cómo te definiste una noche: "soy un ave de paso".

Un abrazo desde Puerto Ordaz,
Glorimar P.