Mi Padre, mi ejemplo, mi héroe.
La inocencia infantil de creer que eras invencible me fue arrebatada ayer.
Luchaste hasta el final con la misma valentía y dignidad con la que viviste siempre. Y aunque esta dura batalla te la ganó el destino, estoy seguro de que fue porque Dios quiso tenerte a su lado antes de tiempo.
Fuiste mi libro de instrucciones de la vida y me siento muy orgulloso de que hayas sido tú el elegido por Dios para ser mi Padre. Vivir con tu ejemplo será mi forma de honrar tu memoria.
2 comentarios:
¿Instrucciones de vida?
... Seguramente lo hizo bien.
Un abrazo.
:( lo lamento.....
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